MI PRIMER TRIATLON

Por fin llegó el día esperado. A eso de las 9 de la mañana hacía mi debut en un triatlón, en la Casa de Campo de Madrid, concretamente en el famoso lago de cuyo fondo no me quiero acordar, más que nada porque ni se veía. Pero empiezo por el principio.

Después de una noche de tormentas en Madrid amaneció una mañana algo fresca y nublada, y a las 9 tenía que estar nadando en el agua, con lo que mis ideas sobre la temperatura a la que estaría el lago eran algo confusas, ¿dejarán neopreno?¿será obligatorio? Todo esto lo digo porque como buen debutante no tengo neopreno. Mi sorpresa cuando llego a la Casa de Campo y anuncian que el agua está a unos 24ºC, con lo que el neopreno está prohibido, así que primera prueba superada. Ahora era momento de entrar en boxes y colocar todo lo necesario para la competición.

Una vez allí veo que mi bicicleta posiblemente esté entre las 3 peores,sin exagerar, y además de montaña, pero sin problemas porque la Mérida Kalahari tendrá mucho que decir en el tramo de bicicleta, y al fin y al cabo, son mis piernas las que cuentan. Termino todos los preparativos y nos dirigimos los más de 100 participantes en fila de a uno al lago para empezar la prueba. En estos momentos es donde uno se siente triatleta de verdad, aunque sólo sea por un día.

NATACIÓN: Mi punto flojo pero además con bastante diferencia. Después de aprender mínimamente a nadar con algo de estilo las últimas 2 semanas, lo que he hecho no lo aplico para nada. Salgo bien,es decir, al menos me tiro de cabeza pero a las primeras de cambio veo que eso no es lo mío. Golpes de la gente por todos lados, agua por aquí, un trago por allá, así que al ver que aquello era imposible pongo en marcha el plan 1: nadar con la cabeza fuera. Aguanto unos metros así pero de vez en cuando vuelvo a probar el agua del lago, que además de caliente está bastante peor que la de la piscina, y ya es decir. Así que hay que pasar al plan 2: nadar un rato a braza y otro rato a crol. De repente miro hacia adelante y me doy cuenta que voy nadando en otra dirección, así que toca corregir el rumbo y virar hacia la izquierda. De aquí hasta el final de la natación se resume en un trago de agua continuo, pero esto es así, algo he aprendido para el próximo, al menos el sabor del agua del lago.

BICICLETA: Después de una pésima transición, es lo que tiene llegar aturdido de nadar, que no coordinaba mis movimientos y casi no me puedo poner el malliot, llegó el turno de la bici. Es aquí donde más fuerte estoy y comienzo a adelantar ciclistas desde los primeros metros. Yo calculo que habré pasado a cerca de 30 o incluso más, especialmente subiendo el repecho del teleférico. Un recuerdo especial para la "Mérida", que a pesar de ser BTT y competir con otras de ruedas más finas se ha portado como una campeona.

CARRERA A PIE: Y llega la última transición. La anécdota ha sido que al llegar no encontraba mi sitio en boxes y me he pasado, con lo que he tenido que dar marcha atrás como he podido, propio de un debutante. Ahora lo he hecho mucho mejor y de repente estaba ya corriendo para afrontar los últimos 2,5 km. Las piernas iban bastante bien pero me ha aparecido el flato, que seguramente se haya debido a los metro cúbicos de agua que había tragado en el lago. Eso sí, gracias a esa agua ni he tenido que hidratarme en el avituallamiento. En el último km me ha desaparecido el flato y he podido subir el ritmo adelantando a varios corredores, hasta llegar a meta con un tiempo de 45''02'' y en el puesto 23 en la general.

Poco más que decir sobre mi primera experiencia en el triatlón, sólo que seguramente no va a ser la última.